Vieja canción, tango de ayer, sueña mi corazón - Enrique Cadícamo

por José, el de la quimera

Enrique Cadícamo en un cafe de la Calle Corrientes

Poeta y letrista de tango, escritor, director de cine, guionista de cine y teatro y dandy. Enrique Domingo Cadícamo nació en Julio del 1900 en Luján y murió en Diciembre de 1999 en Buenos Aires, o sea, fue testigo de todos los acontecimientos del siglo XX. Como dato importante, los padres de Cadícamo emigran a la Argentina en el siglo XIX desde el pueblo San Demetrio Corone, provincia de Cosenza.

Una vida envidiable, o dos vidas, artista fecundo, dandi y nómada hasta los 60, esposo y padre después, según sus propias palabras: Tomé el último tren de la noche que con un poco de ensueño fue también el primero de la mañana y alcancé a formar un hogar. Es notable que a los 21 años haya escrito el texto de "Pompas de jabón", su primer tango, con música de Roberto Goyeneche. Este tango, grabado cuatro años más tarde por Carlos Gardel, parece escrito por alguien de más experiencia. Tal es así que cuando Gardel conoció a Cadícamo le preguntó bromeando: "A quién le pungueaste [rubaste] la letra de Pompas"? Basta la primera estrofa del tango, en parte en lunfardo, para revelarnos al poeta popular, a la manera del "Negro" Celedonio Flores,

Pebeta [ragazza] de mi barrio, papa, papusa [ragazza bella],
que andás paseando en auto con un bacán
[un dandi, uno che ha soldi],
que te has cortado el pelo como se usa,
y que te lo has teñido el pelo color champán.
Que en lo peringundines
[milonga] de frac y fuelle [bandoneón]
bailás luciendo cortes de cotillón
y que a las milongueras, por darles dique
[vanitá],
al irte con tu "camba"
[bacán], batís "allón" [andiamo].

+.

Carlos Gardel lo canta así,

y esta es la versión bailable (cuando no!) de Juan D'Arienzo y Juan Carlos Lamas

Otra interpretación notable es la del "Polaco" (también Roberto Goyeneche), sobrino del autor de la música.

Debería escribir algo sobre el "Negro" Flores, según Cadícamo, "un poeta nunca igualado en su género, que supo extraer poesía del barro, esa poesía desdeñada por los puristas". Recordemos al pasar el notable tango lunfardeado "Corrientes y Esmeralda" escrito por Flores. Una pintura porteña de los años 20. Poesía directa que no necesita ser descifrada. La numerosa familia Cadícamo vivío en Luján a 90 km de Buenos Aires y en la primera década del siglo XX se mudó al barrio de Floresta a tres cuadras de lo que es hoy "El Pial", club de milongas. El carnet de la Sociedad de Autores francés de Cadícamo decía R. L. Falcón 3084; el Pial esta en la misma calle en el 2750. Su primer trabajo tuvo lugar como empleado administrativo en una usina del Parque 3 de Febrero, el lugar donde estaba "Lo de Hansen" (una de las primeras milongas) que fue demolido en el año 1912. Evidentemente el lugar corresponde a la vieja usina que fue descubierta recientemente por los arqueólogos porteños cuando excavaron para encontrar los cimientos de "Hansen" (ver mi nota editorial sobre este tema en este mismo sitio web). Cadícamo frecuentaba los dos más famosos cabarets de la época de Buenos Aires, donde comenzaron a tocar las orquestas de tango que migraron desde los barrios (notablemente de La Boca) al ser aceptado el tango en el centro, después de haber triunfado en París, gracias a pioneros como Villoldo, los Gobbi y Arolas. Corre el segundo lustro de los años 10 y están por nacer las orquestas típicas. Estos cabarets eran el Armenonville (en Avda Libertador y Tagle) y el Royal Pigalle (en Corrientes, entre Suipacha y Esmeralda). En estos legendarios lugares se alternaban las orquestas de Firpo, de Canaro, del Chopín del tango: Juan Carlos Cobián y el dúo Gardel-Razzano.
Cadícamo cuenta con profunda emoción las inolvidables interpretaciones del dúo en su Poema "Armenonville":

Viejo Armenonville 
eres el pasado lejano... 
¡Que distantes quedaron los aplausos, 
cuando el debut de Gardel-Razzano...!

Cadícamo escribió el guión de la película "La historia del Tango" dirigida por Manuel Romero e interpretada por Virginia Luque y su amigo Fernando Lamas (padre de Lorenzo Lamas). Este último fue impuesto por Cadícamo contra la opinión de Romero que decía que Lamas no daba el tipo del "porteño". Luego Lamas triunfó en Hollywood como prototipo del galán latino. En ese película actuaba Nelly, la que 20 años después sería su esposa.

Con el cantor Roberto Maida, Catulo Castillo y Gerardo Matos Rodriguez (el compositor de La Cumparsita), embarcandose hacia Europa a principios de los años 30.


Carlos Gardel y Enrique Cadícamo

Este es un extracto de la película donde se canta el candombe y la milonga campera, antecesores del tango:

Enrique Cadícamo conoció a Matos Rodriguez (el autor de la Cumparsita) en el Café 36 Billares que en ese entonces (años 20) se encontraba en la calle Corrientes. Matos le pidió una letra y Cadícamo le escribió "Che Papusa oí" que tuvo un gran éxito, simultaneamente con "Compadrón" otro tango de su misma pluma. Su relación con Matos tuvo muchos altibajos con el correr de los años.

Carlos Gardel canta "Che Papusa oí" así:

El tango triunfaba en todas las grandes ciudades de Europa, sobretodo en Barcelona donde actuaba con gran éxito el trío Irusta-Fugazot-Demare ejecutando tangos de Enrique Cadícamo.

Llamado por Demare pide licencia en su trabajo (el Consejo Nacional de Educación) y se embarca para Europa en el famoso "Conte Rosso" en Julio de 1928. En Barcelona actuaba con éxito la orquesta de Pancho Spaventa y la de Cátulo Castillo que tenía a Miguel Caló en bandoneón, los tres hermanos Malerba en piano, violín y bandonenón, respectivamente y el cantor Roberto Maida, elementos que en la "Década de Oro del Tango" se hicieron notar.

Cuando se enteró que Gardel debutaba en París en el cabaret "Florida" viaja desde Barcelona solamente con un pequeño maletín  con un pijama, pasta y cepillo de dientes. Cadícamo cuenta este histórico momento en sus memorias:

La lujosa boite estaba de "bote a bote". Faltaba un cuarto de hora para que apareciera Gardel. Cuando entré a su camarín se hallaba vistiendo su sofisticado atuendo de gaucho. En ese momento aparecieron Pierotti, su representante artístico, y Barbieri, guitarra en mano... al verme se acordó del primer tango que me había grabado [le grabó 23!] y por lo bajo comenzó a cantar informalmente  unos compases de "Pompas de Jabón", que Barbieri se apresuró a acompañar con leves rasguidos de tono y dominante... Su voz nunca igualada, nacida para el tango, su radiante simpatía y su sonrisa sin par conquistaron los aplausos consagratorios de París aquella noche del 2 de Octubre de 1928. 

Al volver a Barcelona, Carlos Gardel fue a despedirlo a la estación Quai d'Orsay y le regalo un acetato del vals "Ramona" que todavía no había salido a la venta:

Le gustaban los "fierros" (autos). Cuando el trío Irusta-Fugazot-Demare regresó a Buenos Aires para debutar en el cine Broadway, Demare se entusiasmo con mi "racer" essex pidiéndome que se lo vendiera - cosa que hago por complacerlo - por setecientos pesos. Con ese dinero y 2.000 encima adquirí un Chrysler 70 doble "faeton", 6 cilindros, máquina de gran potencia con la que asombraba a mis amigas haciéndole marcar los 120.

Playboy y bailarín. Por esos años tenía una novia en París, Suzanne, una vendedora de Lafayette. Según sus palabras:

En el veredón del "Cafe de la Paix" comíamos a veces unos sandwiches de "roast beef" y cerveza para luego llegarnos al "Moulin de la Galette" a tomar el "café créme" y a bailar un tradicional "vals chaloupe".

Cadícamo tuvo muchas novias de las cuales logro escapar siempre, hasta los años 60.

Enrique Cadícamo compuso más de 1300 tangos. Para tener una idea del genio, estos tangos que todos conocemos y bailamos son suyos:

Muñeca brava (con Visca)
La casita de mis viejos (con Cobián)
Nunca tuvo novio (Con Bardi)
Aquellas farras (con Firpo)
Pa' mí es igual (con Demare)
Anclao en París (con Barbieri)
Al mundo le falta un tornillo (con Aguilar) [versión que precede Cambalache de Discepolín]
Nieblas del Riachuelo (con Cobián)
Milonguita (con Delfino)
Madame Ivon (con Pereyra)
No hay tierra como la mía (con Charló)
Tres amigos (letra y música)
El cuarteador (letra y música)
Los mareados (con Cobián)
El candombe (con De Caro)
Tres esquinas (con D'agostino)
Son cosas del bandoneón (con Rodriguez)
Compadrón (con Visca)
Igual que una sombra (con Troilo)
Pocas palabras (con Tanturi)
Shusheta (con Cobián, dicen que inspirado en el playboy Martín de Alzaga Unzué (Macoco))
Nostalgias (con Cobián)

"Los Mareados" es una obra maestra de un gran poeta y un exquisito pianista, Juan Carlos Cobián, que introdujo la melodía en el tango. Estos versos capturan asombrosamente la realidad, y describen el encuentro y luego la despedida entre un hombre y una mujer casi dominados por el alcohol,

Rara…
como encendida
te hallé bebiendo
linda y fatal…
Bebías
y en el fragor del champán,
loca, reías por no llorar…
Pena
me dio encontrarte
pues al mirarte
yo vi brillar
tus ojos
con un eléctrico ardor,
tus bellos ojos que tanto adoré…

Anibal Troilo, con la voz de Francisco Fiorentino, lo interpreta así:

Cuando compuso la letra de "Nostalgias" un empresario le pidió a Cobián que suprimiera la cadencia porque era difícil para el cantante. Cadícamo cuenta,

Cobián, con modestia - el genero de orgullo que menos desagrada - me respondió sonriendo: "Le haré otro... ese queda así como está..." La orientación musical de este maestro siempre chocaba a los espíritus vulgares pero anticipaba la renovación del tango. 

"Nostalgias" fue estrenada muchos años después, cuando el momento estaba maduro.

Como surge "Garúa" [pioggia]:

Acostumbraba reunirme con Razzano, Vedani, Cátulo, Manzi, Discepolo y Contursi en el cabaret "Tibidabo", donde actuaba Troilo, la figura joven de gran atracción popular. Una noche, aprovechando un intervalo de su orquesta, me pide que lo acompañe al vestuario (un altillo) para hacerme escuchar un tango suyo compuesto recientemente, para que yo le adaptara la letra.  Comenzó a ejecutar en su bandoneón un tema muy inspirado como todos los que después siguió componiendo. Tomé el "monstruo" de lo que a la noche siguiente se había convertido en la letra del tango "Garúa". [El "monstruo es un texto sin sentido pero que armoniza con el ritmo de la melodía. Luego, el letrista escribe los versos definitivos.]

El "Polaco" canta "Garúa"
con la orquesta de Anibal Troilo:

http://www.youtu.be/


Enrique Cadícamo y Juan Carlos Cobián

1937: Cadícamo y Cobián se embarcan en el "Western world" rumbo a Nueva York donde viven casi un año.
Cobián se sentía como un pez en el agua. Dominaba el idioma y se surtía de "scotch" y de cigarrillos Camel. Era un país para él.
Cuando los dolares se acabaron, volvió a Buenos Aires.

La longevidad de Cadícamo puede derivar de las defensas adquiridas cuando era niño al contraer el tifus. A pesar de haber sido un intenso fumador toda su vida (dejó de fumar a los 86 años!), murió de muerte natural casi a los 100 años. Esta hipótesis puede tener otros ejemplos que la apoyan, como es el caso del explorador Von Humboldt que estuvo a punto de morir dos veces en la selva amazónica por fiebre alta durante el siglo XIX y vivió 90 años.

París década del 50: Cadícamo viaja de nuevo a Europa, primero a Barcelona, luego a Roma, y finalmente a París, donde comprueba que el tango desapareció:

El tango había desaparecido de la vida nocturna... Aquello me producía una espesa bruma de tristeza. No se si sería yo o era el panorama desolado donde faltaban mis amigos del año 30... Aquellos cabarets de Montmartre del año 30 no existían. La noctámbula Rue Fontaine con melodías de tangos del "Garrón" o del "Palermo" era ahora una arteria diurna y comercial. Una nostalgia por la época de oro de Gardel, Pizzarro, Bianco, Bachicha, me entristecía  profundamente. Los músicos vestidos con trajes de gaucho ya no cruzaban Pigalle.

Afortunadamente la situación cambió a partir de los años 80 y el tango volvió a aparecer en todas las ciudades del mundo, esta vez principalmente como baile  ("milongas") con la música y los cantores de las orquestas típicas de la década del 40. Los versos de Cadícamo reviven otra vez, todas las noches en todo el planeta.

Fuente
Cadícamo, E., 1987, Bajo el signo de tango (memorias), Editorial Corregidor.

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